10/11/09

¿Es posible una derecha liberal?


Durante el último tiempo, la idea de Sebastián Piñera de incluir en su franja a una pareja de homosexuales, así como la iniciativa de un par de parlamentarios de la Alianza de legislar acerca de las "uniones de hecho", ha generado un debate interesante dentro y fuera de éste conglomerado.

La aparición de una derecha liberal es una vieja añoranza que ha aflorado varias veces en nuestra historia política. Piñera ha sido, efectivamente, uno de los que ha intentado promover un cierto liberalismo dentro de la derecha chilena, esencialmente conservadora y tradicionalista. Con todo, hay que enfatizar que se trata de un "cierto liberalismo"; en realidad la afirmación del liberalismo político en sentido pleno habría marginado a Piñera hace años de la Alianza por Chile. Simplemente, se trata de un conglomerado tan conservador que apoyar la existencia del divorcio vincular y la entrega de anticonceptivos en establecimientos públicos de salud constituye a cualquiera en un "liberal".

Por ello, no creo que sea posible una derecha liberal en Chile.

En primer lugar, esto se debe a motivos históricos. Históricamente, la derecha ha sido bastante reacia a asumir la democracia - tal como la entienden los liberales (v.gr. Rawls, Dworkin) - como un proyecto político propio. Por el contrario, parte relevante del empeño de la derecha ha sido, justamente, impedir su consolidación. Ni siquiera vale la pena referirse al hecho de que, masivamente, hayan apoyado a un gobierno dictatorial, hayan sido funcionarios del mismo y hayan intentado asegurar su perpetuación en el poder. La derecha chilena no puede ser liberal - salvo que aceptáramos la idea improbable de que un liberal pueda no ser demócrata - porque durante la década de los 90 y parte importante de ésta, ha intentado limitar la democracia como procedimiento. En primer lugar, abogando por la mantención de los senadores designados, la derecha intentó por años mantener un poder político distorsionado respecto a la realidad electoral.

En seguida, la defensa irrestricta del sistema binominal no puede ser considerada consecuente - mejor dicho, compatible - con el liberalismo. Si hay algo que ha caracterizado al liberalismo, es la preocupación por la integridad de las instituciones políticas básicas de la sociedad. Si hay algo que ha logrado el sistema binominal, ha sido - justamente - afectar la calidad de las instituciones políticas básicas: los partidos, las elecciones y el voto popular.

Alguien podría tratar de sostener que, en realidad, se puede ser liberal y defender la existencia de un parlamento no-tan-representativo y de un sistema electoral deficiente y con notable capacidad para corromper las instituciones políticas.

Pero lo que realmente es insostenible, es que se pueda ser liberal y afirmar que la preocupación de la política es defender, propugnar y consagrar una concepción del bien - la verdadera, de hecho - en desmedro de otras - las falsas.

Y esa es la esencia de la derecha chilena: la defensa irrestricta y acrítica de una concepción moral concebida como natural. Prueba de ello son las tres cosas que más nos asemejan. como país, a un convento, y que han sido las banderas de lucha, durante la democracia, de la derecha: 1) el hecho de que el divorcio sea algo polémico; 2) que en nuestro país los homosexuales no pueden casarse - ni hablar de adoptar hijos - y, en consecuencia, son dignos de menor consideración y respeto por parte de la comunidad política que los heterosexuales; y 3) que para nuestra praxis constitucional actual (dominada por el centro de formación de la derecha conservadora) la autonomía de la mujer no existe.

Por ello, salvo que estemos dispuestos a admitir que el liberalismo es, en realidad, una defensa del libre mercado, nuestra derecha no puede ser liberal. La preocupación fundamental de la mayoría de los liberales (JS Mill, Berlin), fue convencernos de que la tradición, la opinión pública e incluso el propio bien del sujeto, son inadmisibles como justificaciones de la intervención estatal si es que no hay un verdadero daño a otro.
Resulta curioso que nuestra derecha esté repleta de personas tan prontas a defender el emprendimiento privado de cualquier forma de intervención estatal, y que con tanto orgullo propugnan que el Estado intervenga en lo más íntimo de la vida individual. Tal vez, para la derecha chilena los negocios son algo más íntimo que la vida sexual.

24 comentarios:

Cm dijo...

Pelón, estoy en desacuerdo contigo. Primero que nada es necesario reformular tus argumentos en dos sentidos: 1)Puede ser que la derecha CHILENA no se haya mostrado como liberal en sus actos, de lo que no se sigue que la derecha (asumiendo que sabemos bien qué es)en general sea una especie de antípoda del liberalismo. 2) En segundo lugar podríamos preguntar: Se puede ser entonces liberal y de izquierda? pues hay que recordar que la izquierda tradicionalmente no comulga para nada con el ideal democrático (Marx), ni con el mercado (fundamental en el ideal liberal!!), tampoco con el respeto a ciertas libertades por sobre de la soberanía popular, y todo sabemos que es la primacía de los justo sobre lo bueno, el respeto irrestricto a ciertos derechos y libertades, lo que hace al liberalismo (Locke, Kant, J S mill, Rawls, Habermas) tal. La izquierda se acerca más al moderno Republicanismo o comunitarismo, y no al liberalismo.

Entonces yo te hago la siguiente pregunta: ¿se puede ser liberal y de izquierda? Yo creo que si miramos el pasado de la izquierda habría que deicir necesariamente que NO, y creo que tú también. Ahora, si miramos las actuales social-democracias, al partido demócrata estadounidense, e incluso al gobierno de la Presidenta, podríamos decir que si existe una posible izquierda liberal. Así, también existe una posible derecha liberal, que para ser tal debe dejar de lado sus malos hábitos del pasado. Creo que Piñera cuando lo veo con Flores y los de Chile Primero me da las esperanzas de que esa derecha está porfin formándose en Chile, pero cuando lo veo con otros de sus amigotes, francamente lo veo dificil.

saludos. Buen artículo.

Crescente.

Felipe Jiménez dijo...

Estimado Crescente:

El punto de mi artículo no fue, en ningún caso, negar la posibilidad de que la derecha chilena pueda ser liberal; de hecho, yo creo que una "derecha liberal" es, por así decirlo, la mejor versión posible de un pensamiento de derecha. El punto es que la dificultad para que la derecha chilena sea liberal no radica en sus actos; radica precisamente en lo más profundo de su pensamiento. Para eso basta con revisar las declaraciones de principios de RN y la UDI. La derecha chilena está - en gran parte - en las antípodas del liberalismo porque es conservadora. Sin perjuicio de ello, creo que de vez en cuando aparecen - y ahí hay un interesante potencial de la candidatura de Piñera - esbozos de un acercamiento hacia posturas más liberales y un alejamiento del neoconservadurismo.

Estoy de acuerdo en que aún más difícil es la pregunta de si se puede ser liberal y de izquierda. Coincidio en que la izquierda se acerca más al republicanismo (por ejemplo, en la idea de libertad, no como autonomía o dominio sobre sí mismo (libertad en sentido liberal) sino que como no-dominación(por ejemplo, Petit)).

En todo caso, la evolución de la centroizquierda en el mundo - y tal vez, especialmente en Chile - muestra un acercamiento cada vez mayor al liberalismo, y no sólo económico. En cierto modo, han sido - curiosamente - socialistas y socialdemócratas los que han acogido más plenamente un ideario liberal, a diferencia de la derecha chilena, cuyo ideal parece ser una especie de liberalismo de bolsillo exclusivamente vinculado a materias económicas.

Cm dijo...

Pelón:

No creo que sea necesario mirar las declaraciones de principio de los partidos para saber qué son realmente. Las declaraciones en realidad dicen poco y nada. Bastaría entonces mirar la declaración de la decé o del PS par descartar de plano la posibilidad de que el liberalismo se consagre en sus prácticas políticas.

Yo creo que Piñera (no digo todo el espectro de la derecha chilena) si ha entendido o está entendiendo la distinción entre lo público y lo privado, si está entendiendo (implícitamente pues no creo que lo haya leido) el liberalismo "político" rawlsiano al darse cuenta que convivimos en una sociedad con una multiplicidad de concepciones distintas del bien es necesario idear un sistema de reglas justas que permitan la convivencia. Creo que Piñera, al menos en su campaña, está dando ese paso.

Otro punto, que no me parece del todo obvio, es si es que es posible seguir hablando a estas altura del desarrollo de la teoría política de: La izquierda y la derecha. Creo que se han transformado en conceptos bastante vagos (no digo extremadamente vagos porque creo que hay matices claros), y creo que el moderno liberalismo político es dificil de enmarcar en uno o en otro bando.

Creo sinceramente que en la Concertación y en la Alianza hay liberales. Creo también que en la concertación y en la alianza hay conservadores. Creo que piñera es uno de los liberales de la derecha chilena, y veo fundamental su candidatura para que en chile la derecha comienze a dejar de lado la pacatería, el conservadurismo rancio, el despecho por las minorías éticas y sexuales, la intolerancia religiosa y el clasismo.

pd: ¿Es Frei más liberal que Piñera?

saludos-

Nicolás Retamales dijo...

Me parece que la pregunta de Cres es interesante y la abordare:

Respecto a si a estas alturas se puede hablar de izquierda y derecha. Yo creo que sí, pero son muy distintas y ya no se habla de lo mismo que antes. Eso esta claro.
Aceptar la existencia del Estado en la sociedad lleva necesariamente a aceptar la dominacion (a mi juicio inevitable) de una elite por sobre una gran masa. Si aceptamos esta ultima idea, me parece a mi que esta necesariamente es una idea que entiende que es necesario un cierto orden social, coordinacion de expectativas, normas, etc que regulen nuestra convivencia como miembros de una misma sociedad. Esta es una victoria de la Derecha como fuerza civilizadora.
Dicho esto luego Alianza y Concertacion, Republicanos y Democratas en EEUU (por poner un par de ejemplos) serian algo asi como dos facciones de una misma fuerza y habria que elegir simplemente cual es la Derecha (como fuerza civilizadora) mas razonable o cual se acerca mas a mis ideales de justicia, mis ideas respecto a x tema, etc.
La izquierda ingenua, a mi juicio, son los anarquistas (no conozco aun niuno que sea un teorico defensor de esto, pero deben estar por ahi dando vueltas y tal vez no pensaria que son ingenuos si hablara con alguno).
¿Porqué los anarquistas? Porque estos aun luchan por una "asociacion de hombres libres" como señala Marx en el Manifiesto sin la presencia de un Estado en dicha asociacion (notese que ya no se habla de sociedad). ¿Ahora como lo quieren lograr? Yo no se que pensaran los anarquistas actuales, es algo que no he leido, pero si me pongo a especular seguramente necesitarian del Estado para desde este ordenar la no existencia de clases sociales y la abolicion del aparato estatal.
Algo que considerando la idea de la voluntad de poder nietzshciana como parte de la naturaleza humana (si es que existe una) o conociendo el caso de los siervos que luego se volvieron burgueses y no les costo nada olvidarse (siglo XVIII), o incluso un caso en que ellos mismos, los anarquistas, llegaran al poder y estuvieran en posicion ideal para cederlo, dirian clramente que no lo cederian, sino todo lo contrario, dominarian. Esa es mi opinion jaja.
Saludos.

Nicolás Retamales dijo...

Creo que dentro de la discusion que propone Pelon, este habla de las practicas de la derecha chilena y claramente no han sido jamas liberales. Mientras que Cres, tu hablas de si se puede pensar en una derecha liberal en el plano teorico. Me parece que los tres estariamos de acuerdo con ambas cosas. Ahora lo interesante es quien es quien y eso lo plantea Cres con su pregunta sobre si aun se puede hablar de izquierda y derecha. Saludos.

Nicolás Retamales dijo...

Dos cosas mas:

-Si quieren que esta discusion llegue a muchas personas haganse una cuenta en Facebook.

-¿Y si nos juntamos un ratito esta noche a a conversar estas cosas en extenso? Yo pongo la casa.

Saludos,

Reta.

Cm dijo...

Reta: No comparto la idea crítica de que hablar del Estado es necesariamente asumir la idea de dominación. La dominación más dura, creo yo, se da precisamente cuando el Estado no existe.

No te esuché mencionar nada sobre la candidatura de Piñera. Pronunciate sobre eso.

saludos

Nicolás Retamales dijo...

Cres: Si el Estado existe luego quienes lo componen dominan. Bueno, no son los unicos tambien estan los poderes facticos, generalmente ligados a grupos economicos muy poderosos y seguramente otros grupos. Sin Estado es claro que se da la dominacion mas dura, osea no me cierro a esa posibilidad, me parece un planteamiento interesante. Por eso es mejor que el Estado domine en alguna de las formas posibles: monarquia, dictadura, democracia, etc.

Respecto a la candidatura de Piñera: Me parece que por lo que he visto en la franja busca quebrar con esta imagen de tipo que no escucha a nadie mas que a el y de que es supuestamente lejano a la gente. Eso me parece ha sido lo mas rescatable de su franja, ya que en realidad uno se deja llevar por esta imagen de un candidato cercano que escucha y propone soluciones. Si es que Piñera liberalizara a la derecha, eso esta por verse. Como dijo Carlos Peña hace algunas semanas, si lo logra no quedara mas que aplaudirle, pero lo veo muy dificil.

Andrés Peñaloza dijo...

Pelón.

Yo adhiero a lo que dice Crescente y sus argumentos. Mi único aporte podría dar aclarar los términos de la disputa.

Hablaré de "liberal" para referirme a un tipo de posturas que enfatizan la autonomia del individuo a la hora de decidir cuestiones morales.

La tipología izquierda/derecha corresponde a diferentes posiciones respecto de los privilegios sociales (antes: privilegio hereditarios, hoy: privilegios por poder económico) como consecuencia de una concepción de la igualdad. La concepción de igualdad de derecha permitiría tales privilegios, mientras que la de izquierda no.

Esta descripción sirve para entender la idea de "derecha" del parlamento francés post-revolucionario (aquellos que validaban en Antiguo Régimen porque gracias a ello tenian privilegios para ellos debidos). También serviría para comprender el sentido de "derecha" actual asociado con el capitalismo y sus consecuencias (segmentación social en clases según riquezas que los de derecha ven como debidas para sí). Tomo esta idea, aunque con varios agregados, de la reseña de Squella (en el CEP) al libro de Bobbio que trata el tema de las izquierdas y derechas.

La identificación de la izquierda con los defensores del pueblo/propletariado reafirma lo anterior. No puedo evitar esta notable cita de Schmitt: "Pueblo son [...] todos los no-privilegiados, todos los que no se destacan por razón de propiedad, posición social o educación [...] Ahora el proletariado se convierte en pueblo, porque se hace portador de esa negatividad: es la parte de la población que no posee, que no participa en la plusvalía producida ni encuentra un puesto en la ordenación existente" (C. Schmitt, Teoría de la Constitución, Ed. Alianza, 1992, pp. 237-238). La izquierda como defensora del pueblo tiene de fondo una posición respecto a cuestiones principalmente de privilegios (hoy económicos).

No creo que lo moral sea determinante en el concepto (por tanto ser liberal no es determinante de la derecha o izquierda, y por lo mismo no excluye la posibilidad de derechas o izquierdas liberales). Ser de "derecha" es sólo contingentemente católico porque en Chile ha coincidido con las oligarquías -por lo tanto los privilegiados-, pero la URSS y el marxismo son reflejos de concepciones autoritarias de la moral (no liberales) y -sin embargo- son de izquierda.

Aunque no me detendré en esto, creo que es bueno hacer notar que en Chile siempre ha habido una tensión en la derecha justamente por cuestiones morales (religiosas). El conflicto de los montt-varistas y ultramontanos respecto del lugar de la Iglesia en la sociedad muestra el germen de "dos derechas". Yo creo (y me da un poco de lata justificarlo ampliamente, así que es sólo una opinión) que RN se distingue de la UDI justamente en cuestiones morales (si no fuese así, ¿para qué tener dos partidos?); RN apoya a la UDI en ese tipo de cosas no por convicción, sino por votos.

Por lo tanto, tiene sentido decir "es poco probable ser de derecha y liberal en Chile", pero si tipos como Piñera dejan de apoyar el conservadurismo, tendrá sentido decir "en Chile hay una derecha liberal". Yo creo que la hay.

Cm dijo...

Andres, postea algo en mi blog. conrespetosincensura.blogspot.com.

saludos.

Crescente.

pelon dijo...

Estimado Andrés:

De acuerdo contigo que los planos liberalismo-conservadurismo y derecha-izquierda operan en planos distintos.

Mi único punto fue enfatizar que la derecha chilena, tal y como existe, difícilmente puede ser liberal.

Por el contrario, creo que donde el liberalismo ha encontrado más cabida es en la coalición de centro-izquierda.

Algo que dejé pasar: no creo que el mercado sea esencial para el liberalismo (eso lo dijo Crescente en su primer post). Sí la libertad de elección del trabajo y algún grado de propiedad privada (considerable, obviamente no sobre los utensilios del hogar como en la URSS), pero no el mercado como tal. El propio Rawls admite en el Liberalismo Político que exista un socialismo liberal, con propiedad estatal sobre los medios de producción.

No creo que la propiedad estatal sobre los medios de producción sea deseable, pero al menos no me parece tan claro que sea necesariamente algo no liberal.

Finalmente: en Chile no existe, en mi opinión, una derecha liberal. Existen liberales en la derecha, en el centro y la centro-izquierda. Y donde lejos hay más liberales (y creo que eso se ha reflejado con claridad en los últimos dos gobiernos) es en la centro-izquierda.

Saludos.

Cm dijo...

Pelón:

En una sociedad liberal es posible que el Estado detente medios de producción. Es decir, no hay limites en cuanto a que el Estado estime necesario el establecimiento de tal o cual empresa estatal.

Ahora completamente distinto a eso es suprimir la idea de Mercado de la idea liberal. Creo yo que el mercado es el único sistema legítimo de comunicación, distribución y asignación de precios y recursos (lo que no quiere decir que después se pueda redistribuir mediante tributos). Esto es porque el mercado es el único sistema realmente igualitario en cuanto a que los sujetos del consumo están en igualdad (es cierto, es formal. Pero por eso hay que redistribuir) respecto a la adquisión de bienes. Cuando tu vas a comprar una tele no te piden tu apellido (como les gustó en su tiempo a los conservadores) ni tampoco te la asigna a priori el Estado por tu situación social (como les hubiese gustado a los socialistas). Simplemente el mercado es indiferente ante esas discriminaciones, el mercado tiene la particular gracia de ser profundamente antidiscriminador e igualitario en cuanto a considerar a todos iguales en cuanto a sujetos de consumo, ¿porqué crees que a muchos conservadores no les gusta esto de los Nuevos ricos, no les gustan la gente que por el mercado y el consumo a tenido la oportunidad de adquirir los bienes que antes eran de unos pocos? En ese sentido los conservadores son muy parecidos a los socailistas, al menos formalmente: El estado debe decidir ( a priori) que bienes son de quien. Eso, es profundamente anti-liberal.

En segundo lugar, la propiedad privada ha sido FUNDAMENTAL en toda la tradición liberal. Sino basta leer a Locke. El mercado, creo yo, es lo más justo en cuanto a que nos considera a todos iguales en tanto a lo que consumo y adquisición de bienes se trata. Ahora, a posteriori, es necesario que el Estado (si está comprometido con la igualdad) necesariamente emprende una dura tarea redistributiva. Pero jamás a priori, suprimiendo el consumo libre y el mercado.

saludos.

Crescente

pelon dijo...

Crescente:

En realidad, estoy de acuerdo contigo en que la idea de que el mercado sea el asignador de recursos por antonomasia es una idea liberal. Ahora bien, no creo que sea tan relevante dentro del liberalismo como otras ideas (la autonomía como ideal, la primacía de lo justo sobre las ideas del bien, la preponderancia de las libertades básicas, etc.) y ahí entran las consideraciones que tú señalas. Sin intervención del Estado es imposible lo que Rawls llama "el valor equitativo de las libertades".

Pero retiero, volviendo un poco más al contenido de mi artículo, que en Chile donde el liberalismo más ha surgido es en la Concertación. El programa político de dicho conglomerado ha sido, claramente en mi opinión, de un marcado carácter liberal.

En todo caso, donde me encantaría ver más liberalismo de lado y lado es en el tema de la seguridad ciudadana. Ahí, izquierda y derecha, liberales y conservadores, en Chile parece que todos nuestros políticos están de acuerdo en que se necesita mano dura. Una lástima.

Mis disculpas por lo disperso, debe ser la hora.

Unknown dijo...

Estimado Felipe:

Concuerdo con las líneas generales de tu columna, pero considerándome conservador me siento llamado a hacer algunos comentarios:

1) Pienso, tal y como lo hace Andrés, que existen ciertas facciones liberales en la derecha chilena. Dependiendo del sentido que se le asigna a la expresión liberal, podríamos estar hablando de un grupo nada despreciable (en el sentido numérico, claro está... sabes que es broma) de parlamentarios. Piñera es parte de ese grupo, lo que ha explicado que parte del electorado de derecha vote por él debido a que es "un mal menor". El sector más conservador de la derecha chilena discute si votar por Piñera para sacar a la conservación del poder (Julio Retamal, Kast y otros parlamentarios UDI) o anular para calmar su propia consciencia (Gonzalo Rojas, Hermógenes Pérez de Arce). No quiero decir que esto sea una prueba fehaciente de la existencia de una derecha liberal (después de todo, se podría replicar que uno nunca es demasiado conservador para ser del gusto de Rojas o Pérez de Arce), pero al menos es un poderoso indicio. Debes reconocer que hay diferentes grados de liberalismo o de ausencia de tal en la derecha chilena.

2) El Chile cotidiano es un país conservador (en el sentido moral). Con esto no quiero afirmar (i) que sea un país de derecha, (ii) que sea un país conservador en términos absolutos. Pero creo que estarás de acuerdo conmigo que somos más conservadores que otros países con índices similares o superiores de desarrollo humano. Opino que la existencia de una derecha históricamente conservadora se debe hasta cierto punto a la forma de pensar o de conducirse de una parte de la población electora. El sistema binominal no puede ser causa suficiente del fenómeno, pues si los votantes fueran liberales de derecha se habría privilegiado las facciones más liberales del conglomerado. Es una percepción sin un estudio que la avale, pero tiendo a creer que la UDI y los candidatos más conservadores de RN triunfaron la mayoría de las veces en las elecciones parlamentarias. A modo de resumen, me parece que se puede achacar al binominal una sobrerepresentación de la derecha (también produce una sobrerepresentación de la Concertación), pero no una sobrerepresentación de la derecha conservadora.

Unknown dijo...

3) El comentario del punto número 2 es, hasta cierto punto, estático. La forma como piensan y se conducen los chilenos ha ido cambiando en los últimos tiempos. Aquí me parece necesario destacar dos puntos principales: (i) El contenido de la posición moral en sí misma ha cambiado, volviéndose menos conservadora (trato de usar el lenguaje más descriptivo posible, a costa de ser eufemístico); (ii) La opinión respecto a la relación idónea entre moral y política a cambiado, a lo menos en el discurso. Al respecto, considero bastante certera la crítica de Widow a Peña en torno a la existencia de una moral liberal tras el discurso dominical a favor de la asepsia política. Un ejemplo paradigmático lo supone la discusión en torno a los "derechos sexuales y repredocutivos". Lo que antes se definía como un problema de justicia (relación entre la madre y el hijo), actualmente se define como un problema de ejercicio de autonomía, de defensa legítima a una agresión, o de forma tal que se reste alteridad al feto, con el propósito de transformar el asunto en un problema de "moralidad interna" no susceptible de juzgamiento.

De a poco estas ideas penetran en el discurso público y cambian la posición de los chilenos. De ahí que Carlos Peña haya atribuido importancia a los liberales en esta elección. No sé si serán efectivamente decidores ahora, pero si las cosas evolucionan como lo están haciendo, me parece que serán claves en futuras elecciones. Un candidato podrá generar importantes dosis de rechazo en un par de elecciones más sólo por adscribir a ideas conservadoras.

Estos cambios importan una amenaza a la forma tradicional de derecha conservadora chilena. Y esta amenaza se presenta como una espada de Democles: Perder un porcentaje del electorado si se mantiene fiel a sus principios (probablemente a manos de las facciones más liberales de la derecha) o alcanzar el poder liberalizándose, a costa de su forma de pensar.

Me parece que esta es la clave con la que hay que leer el comportamiento electoral de la alianza en los últimos períodos presidenciales:

(i) La derrota del candidato conservador a manos del candidato liberal en la elección del 2005;

(ii) La ausencia de competencia interna al candidato liberal en el 2009;

(iii) La fuerza que están adquiriendo diputados más liberales, como Karla Rubilar y su posición respecto de la píldora (estoy cansado del nombre píldora... ¿no les pasa lo mismo?. Hace dos períodos simplemente se habría llamado al orden;

(iv) Los cambios de posición de parlamentarios tradicionalmente conservadores en materia de "derechos sexuales y reproductivos" y "uniones de hecho";

(v) La sumisión de políticos auténticamente conservadores al programa de gobierno más liberal que prepara Piñera.

Unknown dijo...

4) Las razones que aduces Felipe para sostener que ninguno de estos hechos permitirá una liberalización de la derecha chilena me parecen discutibles o controvertibles hasta cierto punto.

(i) Es cierto que la derecha puramente conservadora no considera a la democracia como un fin en sí mismo y tiene poco interés es su pureza procedimental. Pero creo que la oposición a "reformas democráticas" que ha caracterizado a la derecha se deben más bien a razones de poder. Durante años la Alianza tuvo el control del Senado a través de Senadores Designados y Vitalicios. Pero cuando dichos senadores empezaron a cambiar y a ser favorables a la Concertación, se logró el apoyo para eliminar la figura. No me extrañaría que si la Alianza por Chile pasara a ser el tercer conglomerado político del país (caso impensable), concurriría rápidamente con sus votos para reformar el sistema binominal.

(ii) El apoyo al "gobierno dictatorial" merece reparos desde varios flancos. El principal, a mi modo de ver, es que suponen un continuum en la derecha chilena (nuevamente, una perspectiva hasta cierto punto estática). Es cierto que el recambio político en Chile es especialmente lento (el mejor ejemplo es Alberto Cardemil), pero tarde o temprano a todos nos llega nuestro Waterloo. Hoy está de moda afirmar que se votó por el No, o que, en perspectiva, se habría votado por el No.

5) Respecto del argumento relativo a la relación entre moral y política, creo que es necesario un apartado distinto. Estoy de acuerdo contigo que eso hace conservadora a la derecha chilena. Sin embargo, como adelanté en los puntos 2 y 3, discrepo contigo (a mi pesar) en la fortaleza de las convicciones de los políticos de derecha chilena. Ahora bien, creo que la descripción de las banderas de lucha de la derecha conservadora merece algunos comentarios:

(i) Sobre el divorcio, voy a ser más extremo que tu comentario: Para la derecha conservadora no debería ser algo polémico, sino evidente y firme. Pero no hubo mucha relación entre este pensamiento teórico y la forma como se legisló finalmente. Los parlamentarios estaban felices porque nuestra Ley de Matrimonio Civil tenía causales de nulidad similares a las del Código Canónico.

(ii) Respecto de los homosexuales, estoy de acuerdo con el efecto o, si se quiere, consecuencia: no se permite matrimonio homosexual ni adopción por parte de parejas homosexuales. Pero tu sabes que lo anterior no arranca de una menor consideración o respeto de las personas involucradas (no, al menos, desde las posiciones conservadoras razonadas). En el caso del matrimonio, se le atribuye esencialmente una finalidad procreativa que la unión homosexual no puede cumplir. En el caso de la adopción, arranca de la concepción de la institución como un derecho del adoptado y no como una prerrogativa de los adoptantes. Se podrá objetar que esto vuelve al problema de la valoración de la influencia homosexual en el adoptado y, oblicuamente, en la valoración de la homosexualidad en sí misma. Hasta cierto punto es cierto, pero implica un importante cambio de prisma. La posición que los conservadores tenemos respecto de la homosexualidad sólo se manifiesta en políticas públicas en la medida que se pueda generar un daño al adoptado. Con esto no quiero decir que los homosexuales no son idóneos para criar hijos. De hecho, hay fallos que otorgan la custodia de los hijos a padres declaradamente homsexuales y creo que, en ciertos casos, hacen bien. Pero creemos (los conservadores) que existen otros candidatos mejores para la adopción que la pareja homosexual constituida. Entiendo que esta posición (i) sea políticamente incorrecta, y (ii) sea controvertible y discutible. Pero no me parece justo caracterizar a la posición como una consecuencia de un supuesto desprecio y falta de consideración por otros.

Por lo demás, creo que la posición de los parlamentarios de derecha parece ir justamente en el sentido contrario a la posición conservadora que tu críticas y yo defiendo.

Unknown dijo...

(iii) Respecto de los "derechos sexuales y reproductivos", ya adelanté algo. Sólo me gustaría destacar que, de conformidad al principio de tolerancia, la posición moral que tenga un conservador sólo será fundamento suficiente para una determinada política pública en algunos casos. Así, se deben prohibir todos los métodos directa o indirectamente adoptivos (incluyendo, por supuesto, a la T de cobre y otros olvidados). Pero eso no implica un férreo control de la vida sexual de los ciudadanos. Pecado y delito sí son diferentes. No se puede dejar de reconocer la libertad de la mujer (para un católico, el mismo Dios la hizo libre y ha respetado siempre su libertad), pero esto no implica reconocer dominio sobre otros hombres (salvo el dominio fáctico que supone el matrimonio). En este mismo sentido, no parece justo llevar las cosas a la discusión del "plano sexual". Un conservador podrá tener sus opiniones sobre la bondad o maldad de lo que otros hagan dentro su dormitorio, sin que eso sea, por regla general, relevante desde el plano legislativo (lo es, por ejemplo, cuando hay comprometidos menores). Si un conservador ataca la píldora del día después, la T de cobre o el aborto, es porque tales actos suponen el peligro o la lesión de una vida y no la manifestación de una conducta sexualmente pecaminosa o reprobable.

(iv) Finalmente, dos precisiones sobre el liberalismo económico. La primera, para aclarar que las posiciones más conservadoras no son liberales económicamente. La segunda, para destacar que la jerarquía de los bienes comprometidos es precisamente la que genera la diferencia que criticas. Precisamente porque la vida nueva es un bien de valor inmensamente superior a la propiedad, es que propugnamos por un Estado que intervenga prohibiendo ciertos actos.

Nada me gustaría más que la derecha en Chile no fuera ni pudiera ser liberal (y que, adicionalmente, ganáramos elecciones). Por lo tanto, lamento discrepar. Pero creo que los hechos son más fuertes que mis intenciones.

Te pido disculpas Felipe por la extensión del comentario, y extiendo las mismas a los lectores en general. La capacidad de ser breve es un indicio de inteligencia muy escaso por estos lados.

Un abrazo,
Álvaro Vives

Felipe Jiménez dijo...

Estimado Álvaro:

Gracias por tu extenso comentario. Al respecto, sólo quiero hacer un par de precisiones.

En primer lugar, en lo que se refiere al matrimonio homosexual. No he pretendido en ningún caso sostener que la razón - o una de las razones - por la que los conservadores chilenos se oponen al matrimonio homosexual sea que los consideran menos dignos de consideración y respeto. Si así se entendió, quiero aclarar que no es así.

Puede ser (en efecto, creo que es tu caso y el de muchos otros) que no consideren a un homosexual indigno de consideración y respeto, de hecho que lo consideren digno de igual consideración y respeto que cualquier heterosexual. Se trata, simplemente, de que el hecho de que el matrimonio entre personas del mismo sexo no se encuentre permitido hace que seamos una sociedad que no trata a los homosexuales como dignos de igual consideración y respeto. No creo que los conservadores - al menos, no todos - consideren indignos a los homosexuales; pero, a falta de un criterio suficientemente relevante que justifique la diferencia de trato, su postura sí tiene como consecuencia - en la medida en que tiene éxito legislativo - que como sociedad los tratamos de un modo indigno.

Respecto a la autonomía de la mujer; yo no creo que el problema de la píldora del día después - y también, el del aborto - sea un problema referido únicamente a los derechos de la mujer. El punto es que, al menos nuestro Tribunal Constitucional, ha tratado el problema como si esta cara del asunto no existiera. Evidentemente, aquí se trata de un problema de justicia política. Y se trata, también, de una ponderación entre valores y, en definitiva, de una discusión moral.

No creo que los conservadores se opongan a la píldora porque consideran que la vida sexual prematrimonial sea una práctica abyecta (o al menos no creo que estén dispuestos a sostenerlo como un argumento suficiente en el ámbito público). Pero sí creo que hay mucho de molesta con la libertad ("el libertinaje") sexual, aparte de las consideraciones relativas a la posible puesta en peligro de la vida de un feto (las cuales sí considero relevantes y necesarias para juzgar estas cuestiones, pero no suficientes, como ha hecho el TC).

Lamento no poder referirme a todos tus comentarios, gracias de todas formas por comentar. Saludos.

Günther Heine dijo...

Alvaro,

1. Me encuentro de acuerdo contigo en el punto 1. Existe una derecha liberal en Chile, que logra separar correctamente lo público y lo privado. Su ejemplo paradigmático es Piñera. Voto por el no, es pro píldora, contrario al sistema binominal, a favor de la unión civil de los homosexuales, y me imagino que no tiene ningún problema con el divorcio. En resumen, es lo mas parecido a alguien de la Concertación en los llamados temas valoricos que hay dentro de la derecha chilena. Y además, bastante más democrático que la mayoría de los dirigentes de la UDI. Ahora, no es partidario del aborto, del matrimonio gay y de la legalización de la marihuana, pero no le pidamos tanto. Con los puntos anteriormente mencionados ya logra diferenciarse bastante de la derecha conservadora.

2. Sobre tu punto 2, discrepo. ¿Es Chile un país conservador? ¿Un país donde más del 50% de los niños nacen fuera del matrimonio, donde cada vez menos gente se casa, donde las personas prefieren convivir? La comparación que pones con países de similar desarrollo humano, es difícil; habría que revisar las estadísticas. Pero me parece que va mas allá de temas reproductivos; a la derecha conservadora chilena le cuesta muchísimo ver una campaña del gobierno a favor del condón, justamente, porque no es capaz de separar lo público de lo privado a diferencia de la derecha liberal representada por PIñera.

3. Me parece que la estrategia política de Piñera ha sido la acertada. Se ha presentado como un continuador de la Presidenta Bachelet y de la Concertación; fotos con la Presidenta en la franja, con Aylwin, con Gabriel Valdés. Y el tema valorico. Es mejor parecer mas de centro que mas de derecha; el porcentaje de personas de derecha que prefieren anular so voto antes de votar por un candidato liberal en temas morales, es ínfima. La mayoría prefiere al mal menor. Y al hacer estos comentarios y declaraciones en campaña , se abre una posibilidad hacía el centro político mucho mayor.

4. Piñera no ha hablado ni de matrimonio homosexual, ni de adopción de parte de los homosexuales, posiciones contra las que argumentas. Sólo ha apoyado la unión civil, que regiría tanto para parejas heterosexuales como homosexuales. Esto no afectaría ni a la naturaleza procreacional del matrimonio ni a un tercero (al posible niño adoptado). Sin embargo, la derecha conservadora se opone igualmente. De nuevo, es incapaz de separar lo público de lo privado. Me cabe la duda si esto es por una menor consideración o respeto de las personas involucradas, como tu lo planteas.

5. Sobre tu posición respecto de los derechos sexuales y reproductivos y lo que opina la derecha conservadora, también me cabe la duda. Me parece que aquí el tema no es el posible menor, ni la penetración de enfermedades de transmisión sexual en la sociedad. Sencillamente, se oponen porque son incapaces de distinguir lo público de lo privado e intentan meterse en la cama de los chilenos, imponiendo esa visión moral única a la que hace referencia Pelón. Así lo demuestra la férrea oposición a la campaña del condón hecha por el gobierno. Imagínate como se pondrían Jovino y compañía ante la posibilidad de repartir pastillas anticonceptivas en los colegios.

Saludos y buen debate armaste Felipe,

Gunther Heine

Unknown dijo...

Estimados Felipe y Günther:

Trataré de hacerme cargo de sus replicas.

1. Sobre el punto 2 del comentario de Günther (que a su vez responde al punto 2 de mi propio comentario anterior), estoy de acuerdo. Tal vez debería haber empleado otra forma verbal (Chile ha sido un país conservador). Lo que pretendía mostrar es que Chile está viviendo un proceso de liberalización moral que inició cuando la población era bastante conservadora. En todo caso, creo que seguimos siendo conservadores a nivel comparado;

2. No soy quien para juzgar la estrategia electoral de Piñera, pero creo que apuntas en el sentido que indicas. Habría que añadir la independencia de su propio partido y de la UDI que busca mostrar en los carteles llenan las calles;

3. Traté el tema del matrimonio homosexual porque Felipe lo identificó como un estandarte de la derecha conservadora y no por ser o no ser parte del programa de Piñera. Aclarado eso, dos comentarios:

(i) Primero, entiendo la argumentación de Felipe en torno al trato digno o indigno. Pero si partimos de la base de que existe una verdad conocible por los hombres en estos temas, el matrimonio homosexual es justo, o injusto. Si es justo, entiendo la calificación de indignidad. Si es injusto, la calificación de indignidad es gratuita. Lo anterior demuestra que debe concluirse la discusión anterior para poder determinar si es status quo es discriminatorio. Es decir, precisamente lo que debe determinarse es si hay o no hay criterios suficientemente relevantes para justificar la diferencia (con todo el choque de cosmovisiones que eso implica).

(ii) Discrepo con Günther en torno a la idea de diferencias pactos civiles, pactos de derechos civiles y uniones civiles del matrimonio. Me parece que solo son formas eufemísticas de satisfacer las pretensiones de los homosexuales y heterosexuales que no quieren casarse mediante la creación de instituciones no tienen el nombre de matrimonio sólo para calmar a otro porcentaje de la población. Como dice el gran filosófo Willy Sabor, si algo tiene cola de león, patas de león, piel de león... es león, o leona. Si se reconoce validez a un consorcio sexual monogámico y se le otorgan efectos civiles ante la sociedad en general, se está ampliando el concepto de matrimonio. La refutación a esto fundada en que existirían algunas diferencias entre matrimonio y uniones civiles no es buena. Y no lo es, pues en este caso sí habría propiamente discriminación. Si se reconocen válidamente estas uniones, no parece muy sensato negarles las prerrogativas que tiene el matrimonio como primer consorcio sexual monogámico reconocido.

Unknown dijo...

4. Estoy de acuerdo con Felipe en que estos temas deben tratarse con valentía y honestidad. A veces despierto transpirando luego de haber tenido pesadillas con liberales macuqueros que operan por la espalda. Me imagino que a ustedes les pasa lo mismo con los conservadores. Sin embargo, creo que la crítica puede ser un poco injusta respecto del TC (insisto, un poco).

5. Discrepo con la idea que los conservadores somos gente que confabula en sus casas contra el libertinaje sexual (Felipe) y que nos gusta escudriñar lo que la gente hace dentro de sus dormitorios (Günther). Por supuesto, uno tiene una determina visión de lo que es bueno y malo. Y es natural que quiera compartirla con los demás, más aún si se cree que de la adhesión a esa concepción de mundo puede seguirse la salvación eterna de otra persona (pretendo explicar porqué los conservadores católicos son a veces tan "generosos" con sus ideas). Pero si hay una diferencia al discutir en el foro. El ejemplo del condón que propone Günther es bastante: cuando el bien protegido no es la vida ajena, sino que la templanza de los individuos, la respuesta puede llegar a la vía pública, pero con una intensidad y fundamentación completamente diferente. De hecho, más que ser una crítica contra lo que se incluía en la campaña, era una crítica contra lo que se callaba (la tasa de fallo del condón como método anticonceptivo y de prevención de las ETS y la existencia de métodos de prevención alternativos como la existencia de pareja única y la abstinencia). Hasta el momento ningún miembro de la Iglesia ha intentado acciones judiciales contra las compañías que venden o fabrican condones o contra el Estado alegando que adolecen de objeto ilícito o que las autorizaciones reglamentarias son nulas por no estar al servicio de la persona humana o atentar contra la conformación de la familia. Pese a que tenemos una visión de bien tanto de lo público como de lo privado, la forma en como promovemos dichos bienes en sociedad son distintas. En algunos casos, actuamos como otros actores sociales más, tratando de hacer ver la existencia de nuestra alternativa. En otros, nos oponemos a actos que nos parecen delictuales o injustos. Y Günther, no somos vouyeristas, así que puedes cerrar la puerta de tu dormitorio con toda tranquilidad.

Un abrazo,
Álvaro Vives

Unknown dijo...

Una última aclaración: Para un importante grupo de los conservadores no existe una partición entre bien público o privado, sino que existe un solo bien para el hombre que aparece en cada ámbito de su vida. Pero si puede hacerse una partición en la forma como se promueve ese bien en sociedad cuando otros no comparten esa visión. Ese sería el equivalente a la distinción liberal entre bienes públicos y privados. Lo aclaro para no representar mal a los conservadores. A propósito, ¿Soy el único de esa calaña en el foro? Ya tenía asumido que eramos menos en las urnas y que todos los candidatos presidenciales eran liberales, pero me duele ser minoría en un foro derecho Uc.

Felipe Jiménez dijo...

Estimado Álvaro:

Respecto a lo que señalas sobre el matrimonio homosexual: Creo que, efectivamente, aquí hay un problema de injusticia y grave.

Creo, de hecho, que se trata de algo objetivamente injusto, con absoluta independencia de lo que pueda pensar la mayoría de la ciudadanía.

Simplemente, no existen - en mi opinión - razones suficientes para prohibir el matrimonio entre homosexuales, salvo que:
1. Consideremos a los homosexuales personas menos dignas que los heterosexuales.
2. Consideremos que el matrimonio no es una institución cultural, sino natural, y que - incluso - ese carácter natural está dado por el status quo o por el matrimonio heterosexual y no, por el contrario, que lo que sea natural o no es algo que debe discernirse y deliberarse racionalmente.
3. Consideremos que el Estado debe tender hacia ciertas formas de matrimonio por sobre otras, privilegiando ciertas concepciones comprehensivas de la moral por sobre criterios básicos de justicia política en un régimen democrático.

Creo que la afirmación de cualquiera de los 3 argumentos es moral y políticamente inadmisible, si bien la inadmisibilidad del 2 puede resultar más discutible porque se funda en problemas epistémicos más profundos que los que estoy capacitado para tratar.

Saludos y gracias por los comentarios.

PD: al que le interese, mi grupo toca el lunes (vean la última entrada publicada). Ojalá puedan ir.

Miguelangel dijo...

Tremendo debate (tan tremendo que no alcancé a leerlo entero). Yo concuerdo plenamente con el llamado Pelon y digo "chapeau!" ante la calidad de su columna.

Saludos,
MA