29/10/08

Así quiero a la UC


Estoy cansado. Cansado de que cada vez que hago una crítica a la forma en que se conduce esta Universidad me manden a la Chile. Cansado de que me digan que la verdad es una sola y la conocen unos pocos. Cansado de que la gente vote porque tiene miedo (miedo al otro, miedo a las diferencias, a la discusión, a las movilizaciones, a que alguien milite en el PS...). Por eso voto por el NAU.

Pero también tengo confianza. Confío en que los estudiantes de esta Universidad somos capaces de trabajar por algo más grande que una píldora y de comprometernos en algo que vaya más allá de asados y fiestas. Confìo en que si empoderamos a los miembros de esta comunidad universitaria vamos a ganar todos. Confío en que si generamos espacios de discusión democrática, somos capaces de llegar a consensos que valen mil veces más que la defensa de valores desde una postura excluyente y soberbia. Por todo eso, no sólo voto por el NAU sino que también lo apoyo.

Muchos se preocupan de que el NAU gane. "El socialismo va a intervenir la Universidad", decía tras la primera vuelta nuestra nueva Consejera Superior (varios pudimos escucharla por la RadioUC). Qué terrible que la preocupación sea esa. Qué terrible que transformemos la pertenencia de un candidato a un partido político, en una especie de estrategia de instrumentalización. Me parece una falta de respeto. Una falta de respeto a muchos de nosotros, los que apoyamos al NAU, que no somos socialistas, sino que somos personas convencidas de que la Universidad necesita un cambio profundo en la manera de hacer las cosas.

En todo caso, si pelear por una UC más abierta, con verdadera vocación pública, que sea democrática y esté comprometida con nuestra sociedad equivale a que "el socialismo se tome la Universidad", entonces qué bien nos vendría un poco de socialismo.

Si abrir los espacios de discusión sin creernos dueños de la verdad absoluta, si estar dispuestos a escuchar la opinión de todos, a proponer más que imponer y valorar las diferencias es relativismo, entonces aplaudo el relativismo y ojalá que siga avanzando.

Apoyo a NAU porque no tengo miedo, porque estoy convencido de que la Universidad necesita este cambio y de que no estoy solo en esta pelea, porque en definitiva tengo esperanza en lo que esta Universidad puede llegar a ser si es realmente consecuente con su misión.

Apoyo a NAU ahora más que nunca, incluso si alguno me quiere convencer de que ser católico y apoyar este proyecto es contradictorio. Porque estoy cansado de que existan personas y grupos que se sienten con la autoridad para hablar en nombre de la Iglesia, de tomar como bandera de lucha una defensa corporativa que la Iglesia no necesita. Porque la Iglesia nunca ha sufrido tanto como cuando se ha visto identificada con grupos políticos (como el Partido Conservador en su momento). Porque la Iglesia confía en nuestra libertad, porque somos una comunidad de hombres y mujeres libres y no hay nada más sagrado e inviolable que nuestra conciencia.

En fin, espero nunca más encontrarme con gente que cree que la lista 1A es la lista "católica" o es el mal menor. Lo que menos necesita la Iglesia es verse asociada a grupos que pretenden decirle a la gente (en este caso, a nosotros los estudiantes) qué debe pensar y cómo debe actuar.

No me gustaría que mis compañeros católicos voten por miedo, como si la Iglesia estuviera sometida a ataques y a conspiraciones de parte del mundo moderno. No quiero más miedo a discutir y a persuadir a los demás (y también dejarnos persuadir) acerca de lo que creemos. Si como católicos tenemos miedo a que se discutan nuestras creencias y principios acerca de la dignidad humana, la inviolabilidad de la vida, la necesidad de estructuras sociales justas; ¿no será que no estamos tan convencidos de la fuerza y de la verdad detrás de estas ideas? ¿no será que simplemente las asumimos por inercia y no nos damos cuenta de que el ser Iglesia pasa por algo más profundo que oponerse a los anticonceptivos de emergencia y a las leyes de divorcio?

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Pelón:
Pido disculpas desde ya si el lenguaje del post es duro y a veces apasionado, pero, igual que tú, estoy cansado...
Vamos por partes:
1) La verdad es una sola. Declarar lo contrario es contradictorio, pues si la verdad no es una sola, sería la única verdad que la verdad es múltiple...eso es relativismo, es irracionalidad, es pura y simple estupidez. Eso lo sabes de sobra.
Ahora bien, ¿la conocen unos pocos? Eso es falso. ¿Te parece a ti que la Iglesia católica es una especie de secta con iluminados? La enseñanza de la Iglesia está ahí, al alcance de todos, para que la vea y viva el que quiera, y lo mejor de todo es que en nada se opone a la razón, sino que la eleva a las verdades sobrenaturales que por sus solas fuerzas no puede alcanzar. La fe, don de Dios, la recibe el que la pida con humildad, y hasta el más humilde campesino es maestro frente al pomposo doctor en Filosofía que niega las verdades de fe. Y el depósito de la fe está ahí para ser creído y custodiado con celo ante los ataques de los enemigos de la Iglesia, no para ser reformado: porque el Catolicismo es algo más que un par de prácticas piadosas, cubre la totalidad de la vida. Y el católico tiene conciencia de poseer algo que no ha inventado, siente la obligación de custodiar algo que viene de fuera, de lo que no puede disponer arbitrariamente: ¿te parece que es mejor católico el que deja su catolicismo fuera de las discusiones públicas, así como quien se quita un sombrero al entrar a un lugar?.
Es como si el catolicismo les quedara incómodo a algunos, que a la menor amenaza del mundo moderno echan atrás y traicionan los principios que supuestamente rigen su vida, para que no los traten de intolerantes o antidemocráticos o lo que sea. Son éstos los que tienen miedo, los que no están dispuestos a luchar como hombres por Aquel que sí lo hizo por ellos, a pesar de las traiciones. ¿Te parece a ti que San Pablo tuvo miedo porque no transó las verdades de fe ni aun ante los judíos que querían matarlo? ¿Es que los mártires son todos unos miedosos porque no estuvieron dispuestos a "transar" y ser más abiertos al "diálogo democrático"?
La enseñanza de la Iglesia está ahí, al alcance de cualquiera que se acerque a ella con corazón sincero. La Iglesia enseña públicamente y a viva voz, tal como Cristo lo hizo en su tiempo. Si en algo ha hablado mal, di en qué.

2) Para ti el consenso vale mil veces más que la defensa de valores "desde una postura excluyente y soberbia".
Podríamos reformularlo: "Todo el que no postule el agnosticismo como filosofía de Estado, que sostenga que la inteligencia puede conocer algo con certeza, que no crea que la verdad es lo que nosotros convengamos, es soberbio y excluyente"
Dice Cristo que Él es el Camino, la Verdad y la Vida...¿soberbio, excluyente? Saca las consecuencias.
Adelante...rebélate contra Cristo y tu Madre la Santa Iglesia Católica y pídele que cambie sus enseñanzas, que tanto molestan al hombre moderno...dile que ya no custodie lo que debe custodiar, porque la carga de Cristo se hace pesada. Dile que modifique lo que Cristo ha mandado proteger, para así ser más democrática. Que haga una encuesta y le pregunte al pueblo fiel en qué quiere creer, y así nos hagamos una religión a la medida del hombre moderno, ¿te parece? Así construimos una religión más acorde a los "valores democráticos"...

Si para San Pablo el consenso hubiese sido más valioso que la defensa de la fe, no habría fe alguna...

3)Dices:
"Lo que menos necesita la Iglesia es verse asociada a grupos que pretenden decirle a la gente (en este caso, a nosotros los estudiantes) qué debe pensar y cómo debe actuar." Y después:

"Porque la Iglesia nunca ha sufrido tanto como cuando se ha visto identificada con grupos políticos (como el Partido Conservador en su momento). Porque la Iglesia confía en nuestra libertad, porque somos una comunidad de hombres y mujeres libres y no hay nada más sagrado e inviolable que nuestra conciencia."

¿Quién instrumentaliza a la Iglesia: Aquellos que reconocen que el César debe obedecer a Dios, o los que proclaman no tener más rey que el César? Es la típica contradicción del liberalismo: Dice públicamente que NO SABE nada en términos morales o religiosos, pero se cree Pontífice en las mismas materias. El estado moderno decide qué está bien y qué mal, qué religión es la verdadera y qué tanto debe intervenir en sus decisiones. Y así, va pontificando en todas las materias, sin reconocer límite alguno: consecuencia obvia de la negación del orden natural.
La doctrina de la Iglesia en este punto es clara: a la Iglesia no le es indiferente el orden natural, no porque tenga competencia directa sobre aquellas cuestiones de naturaleza estrictamente civil, sino porque todo orden sobrenatural supone un orden natural al cual se refiera. Algunos, y no pocos, sostienen en cambio que la Iglesia debe preocuparse de un orden sobrenatural desligado del orden natural, quitando todo sentido al término "sobrenatural".
Por estas razones, sí es posible decir que la lista 1a es la única por la que un católico puede votar, atendidas las circunstancias, porque es la única que no niega de frentón el orden natural y no excluye a Dios de la sociedad. El NAU SÍ LO HACE, Y CONSCIENTEMENTE: esto hay que predicarlo a los cuatro vientos, porque nada hay peor que el ignorante que no quiere salir de su ignorancia por miedo a las obligaciones que ello conlleva.

4) Dices: "¿no será que simplemente las asumimos por inercia y no nos damos cuenta de que el ser Iglesia pasa por algo más profundo que oponerse a los anticonceptivos de emergencia y a las leyes de divorcio?"

POR SUPUESTO QUE SÍ. Ser católico pasa por algo mucho más profundo, abarca la integridad de la vida, e implica no pensar tanto en los bienes de este mundo como en los eternos. Significa pensar en las realidades sobrenaturales más que en las naturales. Lamentablemente, hoy hay muchos que no ven la realidad sobrenatural de las verdades de fe, que esperan una suerte de Paraíso en la Tierra y por ello trabajan. Para ellos, Cristo falló: no nos liberó de la injusticia de las estructuras sociales, no acabó con el hambre ni con la pobreza. Son éstos los que quieren poner a la Iglesia al servicio de la ideología de moda, los que instrumentalizan a la Iglesia y la quieren a merced de sus caprichos ideológicos, renegando de ella cada vez que ésta se oponga a las consecuencias funestas de la ideología.
Es curioso que estos mismos que dicen que la Iglesia es más que defender la vida del niño indefenso, criticando a cualquiera que sepa que la vida de la persona humana inocente es más importante que otros temas (pues es la realidad ontológica suprema dentro del orden visible) no consideren ellos mismos a la Iglesia "más que" una estructura capaz de acabar con la injusticia.

Saludos,
Joaquín

Anónimo dijo...

Para Joaquín Reyes:

Me parece que ud. es un tipo preconciliar y fariseo.
Soy cristiano y vivo feliz en la modernidad, me interpretan los valores democráticos y republicanos, tanto como los enseñados en el evangelio, creo que existe la verdad, sin embargo la mente humana es incapaz de abordarla en su totalidad y por lo tanto debemos estar abiertos a escuchar a otros, porque en la libertad y diversidad humana vamos enriqueciendo nuestro conocimiento de lo absoluto.

No manosee el nombre de los santos. Ellos NUNCA aspiraron al poder, de haberlo hecho seguramente jamás hubiesen sido santos (lea a max weber, si es que no lo tiene prohibido).La lista 1a es un proyecto político, que promueve el materialismo ateo con la apariencia de una ideologìa confesional y libremercadista (qué cristianos!).
La política no es para evangelizar, diferencie los dominios y deje de faltarle el respeto a la historia y la naturaleza de la Iglesia católica.

Soy católico y fundador del NAU. No tengo porque aceptar sus sofismas y mentiras, sus argumentos temerosos, reaccionarios, que ocultan quien sabe qué intereses y que creo le hacen un daño enorme a la Iglesia pues pretende arrogarsela para una secta corporativa y de clase.

Como muchos católicos (quizàs miles) votaré por el NAU por ser el proyecto que mejor refleja lo que debiese ser una Universidad Católica en el Siglo XXI. Ud. junto a otros fanáticos fundamentalistas pedirán seguramente nuestra excomunión. Nosotros entretanto estaremos cambiandole la cara a la UC y a nuestro país.

A estas alturas no solo cansado, sino molesto y ofendido, se despide,

Ignacio Saffirio P.

Anónimo dijo...

Estimados todos y especialmente estimado Pelon:
No voy a ponerme a hacer ningun tratado ni politico ni religioso (que son los que mas abundan), sino que sólo quiero decirte un cosa: cuando leo lo que escribes se me pasa la ansiedad que me produce el pensamiento que existe en nuestra Universidad y especialmente en nuestra Facultad! Te doy las gracias por eso y por ayudarme a recordar que mi fe (gracias a Dios) no tiene nada que ver con las criticas y argumentos que Joaquin expone.
Gracias de nuevo!

JRB dijo...

Estimados:
Me han tildado de "preconciliar y fariseo". Me han dicho que quiero subordinar la Iglesia a fines políticos. Que dije que los santos aspiraban al poder político...
Ninguna de estas cosas las dije (de hecho, dije todo lo contrario: hablé del fin sobrenatural de la Iglesia, que ésta no se subordina al orden civil, que no puede someterse a la ideología de moda, etc...)
¿Por qué soy preconciliar y fariseo? ¿Porque creo que hay principios no transables? ¿Porque no estoy dispuesto a someter todo a votación?
Lamento mucho que se haya prestado mi post para descalificaciones personales. Si alguien se sintió ofendido por mis palabras, no fue mi intención: sí fue mi intención, y la sigue siendo, mostrar la incompatibilidad entre el Catolicismo y el querer someter los principios católicos a votación. Y esto no lo puedo callar, sino que lo gritaré y defenderé con fuerza toda vez que sea necesario. Con todo, y entiéndase bien, no intento juzgar conciencias ni mucho menos, pues sólo Dios conoce las conciencias y por tanto puede juzgarlas.
Quizás alguien crea que todo esto es invento mío. Que yo me estoy forjando una idea de la Iglesia a mi pinta, con algún interés oculto e inconfesable. Pues bien, para dilucidar cualquier duda sobre este punto, basta con abrir el Catecismo de la Iglesia Católica (el de Juan Pablo II, de 1992, 30 años después del Concilio Vaticano II) y ver qué es lo que dice. Así, por ejemplo (y ejemplos hay por doquier):
"1901. Si la autoridad responde a un orden fijado por Dios, "la determinación del régimen y designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos" (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes)
La diversidad de regímenes políticos es moralmente admisible con tal que promuevan el bien legítimo de la comunidad que los adopta. Los regímenes cuya naturaleza es contraria a la ley natural, al orden público y a los derechos fundamentales de las personas, no pueden realizar el bien común de las naciones en que se han impuesto"
¿Está diciendo el Catecismo con esto que la Iglesia se está adueñando de la política? Porque claramente establece que un régimen contrario a la ley natural no puede realizar el bien común...por lo tanto, algo le importa el orden natural.
Repito, mi intención no es sulfurar los ánimos ni provocar reacciones pasionales inmotivadas. Lo único que deseo es que se conozca la enseñanza de la Iglesia sobre estos temas, más que provocar pequeñas rencillas que no aportan mucho para despejar la confusión de espíritus que desgraciadamente reina en no pocos católicos.

Saludos cordiales,
Joaquín

Felipe Jiménez dijo...

Estimado Joaquín:

1) La verdad es una sola, de acuerdo. Pero no me queda claro cómo es que la Iglesia Católica es depositaria de esa verdad y bajo qué criterios lo sería. Me gustaría que ojalá pudieras explicarlo. Creo que sin recurrir a la fe - don de Dios, como bien dijiste - tu afirmación es a lo menos problemática.

2)Te cito: "Dice Cristo que Él es el Camino, la Verdad y la Vida...¿soberbio, excluyente? Saca las consecuencias".

Estoy tan convencido de que es cierto que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida, que no tengo miedo a trabajar con quien así no lo cree.

Por lo demás, una cosa es decir que Cristo es el camino, la verdad y la vida. Otra cosa es decir que un grupo político tiene el derecho de considerarse: 1) Legítimos representantes de la Iglesia de Cristo, y 2)En consecuencia, que lo que ellos opinan sobre determinados temas es necesariamente verdadero.

Sobre todo porque, como dice Juan Pablo II, la Iglesia propone pero no impone.

3)Si estamos convencidos de que el mensaje Evangélico es verdadero, ¿entonces por qué tanto miedo a someterlo al análisis crítico por parte de otros?

Es cierto que la Iglesia propone ciertos criterios para el discernimiento socio-político de los fieles. Cierto es que debemos seguirlos. Pero no debemos transformar estos criterios en una especie de programa político impuesto coactivamente por parte del Estado. Lo que necesitamos es una Iglesia libre en un Estado libre. Ni más, ni menos.

4) Por último, espero que esta discusión vuelva a su centro: por qué votar o no por el NAU, y no caigamos en transformarla en una discusión - nuevamente - acerca de cómo debe actuar un cristiano en política o de cómo se deben aplicar los principios de la Doctrina de la Iglesia en determinado caso. Eso queda para nuestra conciencia, porque ante todo la Iglesia está compuesta por personas libres y que son capaces de elegir por sí mismas (ahora bien, si no estás de acuerdo conmigo en eso me parece que la discusión puede desde ya terminar).

5) Me preguntas "¿te parece que es mejor católico el que deja su catolicismo fuera de las discusiones públicas, así como quien se quita un sombrero al entrar a un lugar?"

Yo jamás dejaría afuera mi condición de católico de las discusiones públicas. De hecho, aquí escribo como un católico que apoya al NAU y que está orgulloso de ello.

Lo que sucede es que justamente lo que necesitamos hoy como Iglesia es, me parece, ser capaces de dialogar con el mundo y en el mundo, desde nuestra identidad, pero no perdiendo de vista que estamos insertos en un determinado contexto histórico y cultural (los signos de los tiempos) y que si no somos capaces de dialogar con respeto, difícilmente seremos oídos por un mundo al que le tememos y vemos como una permanente amenaza.

Por último, reitero que no ha sido mi intención jamás decir que la espiritualidad cristiana se deba vivir en privado, sin hacerla pública. Por el contrario, si me indignan las injusticias y si me quiero hacer parte de la deliberación democrática, es justamente porque no quiero reducir mi condición de católico a la mera observancia de ritos y a una relación privada y aburguesada con Dios.

Jamás he dicho que Cristo fracasó porque no terminó con las injusticias sociales, el hambre y la desigualdad. Los que seguimos fracasando día a día somos nosotros, y mientras nos escudemos en el miedo al mundo y sigamos alejándonos de él, seguiremos siendo los mismos viejos defensores del status quo que pretenden decirle a los no cristianos que se sometan a una fe que no tienen, a una religión en la que no creen y a un Dios que muchas veces no conocen justamente gracias a esa injusticia de la que tanto les molesta a algunos hablar.

Cm dijo...

Estimado Joaquín: Sostener que el liberalismo, o los filosofos políticos "liberales, niegan la posibilidad alguna de conocer lo la verdad y lo correcto, es decir son escépticos en lo moral, es una ignorancia gigante. Locke, Kant (no precisamente liberal que pero sienta grandes bases del liberalismo posterior), Mill, Berlin, Rawls, Habermas, Dworkin y muchos más se desmayarían de escucharte. Sugiero una breve lectura, si quiera de manual.

Saludos.

pd: Lamento el tono burlesco, pero estoy cansado de escuchar semejantes estupideces en nuestra facultad.

Crescente Molina

Anónimo dijo...

Estimado Joaquín:

"La Verdad es una sola"

Me parece una frase un tanto difusa y bastante general.

¿La Verdad sobre qué?
¿Cual es esa Verdad sobre la que se está discutiendo?
¿El hecho que digamos que "es una sola" hace alusión acaso a que esta supuesta única verdad es inmutable?

Para ser sincero, Verdad siempre ha sido una palabra que me ha generado rechazo y profunda desconfianza. Por lo mismo no me gusta ocuparla.

Saludos y espero respuestas,

Nicolás Retamales.

JRB dijo...

Estimados Crescente, Nicolás y Pelón:
Voy a intentar clarificar los puntos que, por sus posts, veo que quizás han quedado oscuros en mis posts anteriores. Les pido disculpas desde ya si he sido oscuro en alguno de los temas que he tratado (he intentado ser lo más claro posible, de manera de evitar todo tipo de equívocos y malentendidos). Sé que he dado cosas por supuestas y me imagino seguiré dándolas, pues si no, tendría que estar probando todo lo que digo a cada rato, y las discusiones se tornarían aún más largas de lo que son (jaja), pero trataré de ser lo más claro posible, para que ya no quepa ninguna duda de lo que digo. Por supuesto, si he cometido algún error, háganmelo saber. Hasta donde yo sé, ninguno de nosotros posee el don de la infalibilidad, y , si bien puedo estar tratando sobre cuestiones que son verdaderas y que sí son infalibles por provenir de una Autoridad que no es la mía, quizás el modo de expresarlas que he usado no sea del todo claro o lleve a equívocos. Este es, debo confesarlo, mi mayor temor, pues sé lo que está en juego cuando hablamos de la fe católica, y sé el mal que puedo causar (tanto a otro como a mí) si alguien, por mi culpa, decide alejarse de la fe por creer que ella sostiene cosas que en realidad no hace. Como nadie ama lo que no conoce, es necesario primero conocer en qué se cree, para luego amar aquello en lo que se cree.
Pues bien, sin más introducciones, intentaré responder a Crescente, Nicolás y Pelón (en ese orden).

CRESCENTE:
No quiero aquí ponerme a discutir sobre Kant, Locke, Mill, Berlin, Rawls, Habermas, Gadamer, Dworkin, Kelsen, Hart, Bobbio, Austin, Bentham, Raz, Schdmitt, Finnis, Grisez, Villey, Maritain, Ortega, Hegel, Marx, Milton, Sieyes, Rousseau, Bacon, Carnap, Quine, Goodman, Popper, Hayek, ni de nadie en particular (el orden no es cronológico ni nada...). Sería largo y tedioso, y requeriría de mucho tiempo (y estudio por cierto!) exponer el pensamiento de cada uno sin caricaturizarlo. Lo que quise decir cuando hablé de que el liberalismo "no sabe" qué es bueno o malo es lo siguiente (y creo que esto lo comparten todos los autores que continúan en el nominalismo, y aquí se incluyen desde Ockham pasando por Locke, Kant, etc.): todos los autores liberales parten de la premisa de que no existen bienes inteligibles: la inteligencia humana no es capaz de inteligir qué sea lo bueno. De ahí se derivan tanto el formalismo ético (Kant y compañía: el mundo "nouménico" al cual la razón no alcanza, etc...) como las diversas reacciones modernas (o postmodernas) al formalismo, como el emotivismo o utilitarismo (ej: Mill y su jerarquía de bienes sensibles...). Considero que todos los autores tienen algo rescatable, algunos más y otros menos. Pero todos parten de la premisa de que no hay bienes que el hombre pueda conocer de manera racional: no hay realidad inteligible fuera del sujeto. Esto, como todo problema genuinamente filosófico, remite a una cuestión metafísica que está detrás, el llamado "problema de los universales": para la tradición clásica, las cosas poseen una esencia real, que es aquello en que consisten y que es común a todas ellas (ej: tanto tú como Pelón como yo, aunque somos distintos, tenemos en común que somos seres humanos). A esta esencia la designamos con un nombre convencional (ej: "hombre", "man", "vir", etc...). El nominalismo sostiene, en cambio, que las cosas no poseen una esencia común, y que las llamamos de un modo u otro por simple convención, de modo que asignamos arbitrariamente a ciertas cosas un nombre y a otras otro, constituyendo diversas clases de cosas. Esto, como puede verse, supone que no existen bienes inteligibles. Esto también supone, y quizás aquí quede más claro mi argumento del primer post, que no hay "orden natural" alguno, pues no existe naturaleza a la cual referirse.

Si quieres me prestas tus manuales de filósofos modernos (o cualquier cosa que quieras que lea), y yo te presto algún otro libro que te interese.

NICOLÁS:
Cuando dije que la verdad es una sola, me refería a una verdad inmutable que es fundamento de toda otra verdad particular. Me explico: si algo se dice verdadero, lo es en cuanto participa de la verdad. Esto, al igual que la respuesta a Crescente, remite a cuestiones metafísicas de fondo. Pero a lo que iba mi post era más bien a mostrar que la existencia de una verdad única e inmutable no requiere demostración, y tanto es así, que quien quisiera negarlo tendría que admitir que aquello que dice es verdadero de manera única e inmutable.
Entrar en más detalles respecto a esto conllevaría escribir mucho...si quieres podemos conversarlo en otro lugar y en otro momento, no tengo problemas.

PELÓN
Puesto que tu post es el más largo, y el más agudo en sus comentarios (por decir lo menos)lo he dejado para el final.

1) Que la Iglesia católica sea depositaria de la verdad implica aceptar que ella es la depositaria de la Revelación divina. Esto es imposible de demostrar. Nunca lo he tratado de hacer, y nunca lo trataría de hacer tampoco, pues por su naturaleza las verdades de fe sobrepasan los límites de la razón humana. Con todo, razoné en base a esto suponiendo que mi interlocutor era católico y, por tanto, podíamos compartir las premisas de la fe.
Ahora bien, que no se pueda demostrar que la Iglesia es depositaria de la Revelación, por requerir necesariamente de un asentimiento de fe, no quiere decir que no pueda demostrarse que no es contradictorio. Ningún artículo de fe puede demostrarse, pero ninguno es contradictorio o irracional. Y esto es lo que sí puede mostrarse: son los llamados "motivos de credibilidad": ciertas razones que prueban que la doctrina de la Iglesia Católica es razonable, es decir, que no es contraria al orden de la razón. Por eso es que uno puede decir que, por ejemplo, el culto a Maradona es una religión falsa, porque es fácilmente demostrable que es irracional. Ahora, para quien tenga dudas sobre esto: piense que si las verdades exclusivamente de fe fuesen completamente accesibles a la razón humana, por ese mismo hecho no podrían provenir de Dios, ya que eso implicaría que no hay realidad más alta que lo que la razón pueda conocer.

2) Que un grupo político pueda considerarse legítimos representantes de la Iglesia de Cristo y que, en consecuencia, lo que ellos opinen sobre ciertos temas es verdadero...es cierto y falso a la vez (pero no según el mismo respecto jeje). ¿En qué sentido es cierto? En que si un grupo político está consciente de los límites que le impone el orden natural y la obediencia a Dios y su Iglesia, es claro que gobernará para el bien común de la sociedad. Mientras que si él mismo se considera dueño sobre el bien y el mal (bajo el pretexto de decirle al pueblo que él gobierna, lo que es falso...además, lo que le corresponde no es el derecho a gobernar, sino a ser bien gobernados), no conocerá ningún límite intrínseco a su actividad.
¿En qué sentido es falso? En que la Iglesia nunca se identificará con una forma de gobierno determinada (y aquí, ojo, se incluye el Estado de derecho constitucional democrático y cuanto quieran ponerle), sino que trasciende a toda organización política. Lo contrario es someter a Dios al poder de los hombres (cosa de la que, aprovecho de reafirmarlo, me han acusado injustamente, pues defiendo precisamente lo contrario).

3) Miedo a someter las enseñanzas de la Iglesia ("mensaje evangélico" en tu post) a discusión no tengo. Es más, lo estoy haciendo ahora mismo al intentar contestar todas las objeciones que se me hacen.
Ahora bien, creo que aquí se ha producido una confusión: una cosa es someter a discusión y debatir sobre diversos temas, como lo estamos haciendo aquí, y otra es aceptar el agnosticismo de Estado (que sería, si mal no entiendo, el único modo de estar siempre discutiendo todo desde el punto de vista del todo social). Creo que confundes la discusión y la legítima discrepancia de opiniones con el subjetivismo y la imposibilidad de trascender la propia individualidad para transmitir algún bien inteligible a otro. Esto también es consecuencia del nominalismo subyacente, y me remito a lo que (brevemente, por cierto) expuse al responder a Crescente.
La "Iglesia libre en una sociedad libre" puede entenderse en un recto sentido, si precisamos los términos...pero me parece que lo que quieres decir es "allá la Iglesia, acá el Estado" como si estuviesen totalmente desvinculados y separados (es decir: como si el fin del hombre fuese "uno para el cristiano" y "otro para el ciudadano", lo que equivale a aceptar dos naturalezas distintas, lo cual es evidentemente falso), y que cada uno haga como más le convenga. Esto es lo que yo llamo encerrar la fe en el ámbito privado, pues implica expulsar a la Iglesia de la sociedad, relegándola a la Iglesia de Cristo al status de ONG, ahí junto con el Greenpeace, Amnistía internacional, etc...
Respecto a la coacción: nadie está obligado a ser católico. Tan cierto es esto que la Iglesia ha abogado siempre para que la fe sea aceptada libremente y sin coacción alguna. Ahora, parece que muchos piensan que facilitar los medios sobrenaturales para alcanzar la salvación es algo que implica coacción de parte del Estado a quien no esté dispuesto a recibirlos. Esto es falso: Que la Nación colabore y se preocupe de llevar a sus súbditos hacia el bien común natural, fomentando las virtudes, y asegurando además los medios para alcanzar su fin sobrenatural, dejándole la debida libertad a la Iglesia para que cumpla su función, no implica sostener que quien no quiera convertirse será castigado ni forzado a hacerlo. Sostener lo contrario implica tiranizar la sociedad mediante el "totalitarismo del individuo", es decir: destruir toda sociedad intermedia entre el individuo y el Estado, atomizando la sociedad y convirtiéndola en una mera suma de individuos so pretexto de respetar la conciencia individual de todos, olvidando la misma naturaleza del cuerpo social.

4) Que somos libres y capaces de decidir, estoy de acuerdo (¿podría no estarlo?)
Pero también sé que podemos elegir bien o mal. Que un acto no se convierte en bueno por el solo hecho de provenir de una voluntad libre, sino por elegir bien.
Y también sé que no todos poseen igual capacidad de deliberación y que, por lo mismo, es una completa utopía estimar que todos son capaces de gobernar como si todos tuviesen una prudencia política innata.
Con respecto al voto: claro que queda para nuestra conciencia, e incluso de esto, y de las consecuencias que nuestro voto pueda tener, tendremos que dar cuenta en el Juicio (dato de fe, pero no por eso menos cierto, sino más).

5) Con respecto a tu último punto, creo que lo he contestado en parte con lo anterior, así que baste con eso.
Y una pequeña aclaración: lo de Cristo como Salvador en la tierra lo dije no porque tú lo hayas afirmado expresamente, sino porque se sigue del rol que algunos le dan a la Iglesia en la sociedad moderna: Cristo ya nada tiene que ver con el fin del hombre (Cristo Redentor de la Humanidad), sino que es más bien una figura que lucha por las desigualdades (Cristo Salvador terreno). Aunque lo primero no quita lo segundo, el énfasis debe estar en lo primero más que en lo segundo.

Saludos, y espero que algo haya quedado más claro.
Joaquín

Andrés Fabián Peñaloza Muñoz dijo...

Estimados:

Me gustaría contestar algunas de las intervenciones de Joaquín Reyes, que aunque no me conoce, ni yo a él, creo que merecen ser opinadas. Me refiero particularmente al gran tema de la verdad.

0) El tema mismo es problemático, pues es cierto que enunciar algo como “no hay verdad” es absurdo, en tanto caemos fácilmente en la paradoja del mentiroso (si es verdad el juicio, entonces hay verdad; sino, entonces también). Por lo mismo hace falta una meta-análisis del asunto.
1) La filosofía ha pasado por tres grandes paradigmas: la metafísica, el mentalismo y el lenguaje. Quizá no sea la clasificación más feliz, pero sirve para discutir. Hablo de metafísica para referirme a la filosofía desde Platón hasta Ockham; por mentalismo entiendo desde Descartes hasta Kant y quizá más, y por lenguaje para referirme desde Frege hasta hoy.
2) Es términos de lo que hoy existe como partes de la disputa, podemos encontrar por lo menos cuatro posturas: 1) el tomismo, 2) la filosofía analítica o análisis conceptual (desde Frege, Wittgenstein, hasta gente como Strawson), 3) la fenomenología (Husserl, Sartre, incluyendo aquí a Heidegger y la hermenéutica) y 4) el criticismo (Popper, Habermas). Argumentaré, sin ser fiel a los autores en detalle, desde la postura 4 en contra de la 1 (pasando brevemente por la 2 y 3). Tomaré una postura realista en epistemología y constructivista en ética (quizá muy cercana a Habermas, desde Kant y Hume).
3) Nuestra interacción cotidiana e interés por las cosas hace que creemos un lenguaje como forma de interpretar el mundo; las palabras y sus significados están dados por la acción comunicativa que tenemos en una sociedad. Ejemplo: la noción de causa (“aitía” para los griegos, “caveo” para los latinos) se derivó originalmente de los procesos judiciales, donde se utilizaba esta expresión para designar al culpable (aitía) del mal, o al que se defendía de él (caveo). Luego se traslado, por la necesidad práctica, a las explicaciones físicas del mundo (los “culpables” de que las cosas se movieran), y posteriormente adquirió un sentido metafísico como el que le dio Aristóteles.
4) Teniendo lo anterior en cuenta, parece inapropiado darle un sentido metafísico a palabras de nuestro lenguaje, pues nuestros conceptos se derivan de la experiencia, y por ello el contenido de las palabras no esta hecho para ser utilizado más allá de la misma. (Como diría Kant –algo así-: “los conceptos sin intuición son vacíos, y la intuición sin conceptos ciegos”). Lo más lejos que podemos llegar en términos universales es buscando condiciones trascendentales del conocimiento; o por otro lado, aceptar que nuestros conceptos universales son necesarios para la praxis humana (como la “costumbre” en Hume, o el desplazamiento de la validez del lenguaje a la práctica en Habermas).
5) Adelantando una posible objeción, y reforzando lo anterior, hay que tener en cuenta que justamente la metafísica clásica (Aristóteles, Tomás de Aquino) parten de una idea de filosofía como estudio del ser. Pero si es cierta la tesis de Hume, Kant, Frege, Russell y Wittgenstein, ser no es un predicado, o no por lo menos real. La formulación básica de este argumento es: piense en el concepto “perro”… ahora piense en la oración “perro existente”… ha pensado lo mismo, ¿por qué? Porque el ser no le agrega nada al objeto. Por lo tanto, “ser”, como lo entendemos lo seres humanos, se agota en la experiencia. Entonces ¿cuál es la diferencia entre decir “perro” y “perro existente”? Como diría Hume, cuando yo pienso algo (“perro”) y luego ese algo está frente a mi, la segunda impresión es más fuerte. La fuerza y vivacidad de esa impresión es lo que diferencia el concepto “perro” de la oración “perro existente”. Si ser no es un predicado real y sólo es una forma de designar una forma de la experiencia (Kant), entonces es altamente errado 1) aplicar conceptos o categorías de la experiencia (como causa) a objetos que están más allá de la experiencia, y 2) utilizar expresiones que no tengan ninguna referencia posible como indubitables (podemos hablar de esencias, pero no podríamos asegurar que realmente existen, es decir, a lo más podríamos aceptar una fenomenología que dijese que las cosas se nos dan como si tuviesen esencia para poder pensarlas).
6) En conclusión, quizá un poco apresurada, podemos entender la verdad como una función de validez de las oraciones (Frege), función que podría definirse (es decir, saber si una oración es verdadera o falsa) mediante la referencia a la cual la oración apunta (Russell). Ejemplo. Oración:“El perro es negro”; referencia: el perro negro que esta al frente nuestro; valor-de-verdad: verdadera (pues tiene referencia condicidente).
7) Dicho lo anterior sobre la verdad, queda ahora lo moral. Dado que los preceptos morales no son “objetos” a los cuales podamos asignarles una referencia (no podemos decir: “¡mira!, aquí está el bien, ¿lo ves?), sólo tenemos acceso a ellos a través de la conciencia que en nuestra vida cotidiana nos dice que hay deberes. De ahí ya es conocido el argumento kantiano, con lo que finalmente quiero llegar a la idea de que el formalismo ético es la única respuesta moral satisfactoria.
8) Obviamente en este punto he sido negligente al argumentar, pero no me parece necesario defender una ética kantiana aquí, pues la idea –casi Ilustrada- era solamente mostrar que dada la imposibilidad de pensar en esencias reales es difícil emprender una ética basada en supuestos metafísicos de tal especie. Como segunda prevención, es útil mencionar que si no podemos argumentar metafísicamente, es inútil trabajar con la noción aristotélica de la felicidad, pues como luego diría Kant, en realidad la felicidad es una Idea regulativa de la razón, pero no es algo que podamos alcanzar aquí y ahora, lo cual hace impensable (en parte por impracticable) una moral basada en ella.
9) Es curioso que justamente esta línea de argumentación (la de Kant) llegue a postular la inmortalidad, la libertad y a Dios como postulados de la razón práctica. Aparte del interés teórico de esto, aquellas conclusiones hacen que Kant sea un liberal en sentido político (pues no puedes obligar si no puedes demostrar), lo que implica no creerse el cuento de tener la última palabra. Eso me parece razonable, dada nuestra limitada finitud.
10) Una manera de resolver lo problemático que sería suponer que esto da pie para todo tipo de pensamientos, y por ende todo tipo de cosas que nos parecen aberrantes, es justamente cultivar la virtud de la empatía (Habermas) al considerar los objetivos permisibles de los demás (Kant) a la hora de actuar o argumentar, lo cual impediría necesariamente los abusos individualistas si se siguiera una ética de este estilo.

Andrés Fabián Peñaloza Muñoz dijo...

Es un poco tarde, si he sido oscuro, esperaré el momento para explicitar ciertas cosas y defender algunos de los números que he utilizado como forma de ordenar los argumentos.

Saludos

Andrés F. Peñaloza M.

Cm dijo...

Estimado Joaquín: Te recomiendo, de nuevo, cuidar a que te refieres por "liberal", y al parecer, por lo que vi en la larga lista de autores que nombraste en tu post, identificas todo lo que no sea pre-moderno con liberal. Nombraste a gente como Schimtt (a mi juicio el más duro crítico del liberalismo), Marx ( para que decir), Maritain, etc. A estas alturas del partido, sólo estoy pidiendo un mínimo de rigurosidad. También me atrevería a decir que en filosofía política moderna y contemporánea lo liberales son precisamente los defensores de la idea de Verdad en política, contra, por ejemplo, ciertos autores de corte comunitarista. Un ejemplo podría ser la teoría de la respuesta correcta de Dworkin y también autores como Habermas que defienden la idea de verdad absoluta (ver debate Habermas/ Dworkin).

De nuevo, por favor rigurosidad, no todo lo que no sea pre.moderno es "liberal".


saludos.

JRB dijo...

Estimados:

Crescente:
La verdad es que al nombrar autores no fui riguroso, quise sólo alargar la lista con nombres para hacer ver que no me interesa discutir sobre algún autor en particular...la enumeración tenía un fin más retórico que nada. Pido disculpas si produjo confusión, pues efectivamente tienes razón. En todo caso, usaba el término liberal en sentido amplio, identificándolo con la filosofía moderna, como bien dices.

Y respecto a la respuesta correcta de Dworkin y su debate con Habermas, si bien defienden un concepto de verdad (como lo hacen muchos autores liberales tb), lo que ellos entienden por verdad está lejos de ser algo inteligible en el sentido en que indiqué en mi post.


Andrés:
Tu post entró de lleno al tema de fondo. De hecho, todo lo que mencionas supone el nominalismo. Creo que discutirlo bien, por ser temas bastante complicados de por sí, amerita un poco más de espacio que un par de respuestas en un blog. Si te interesa, podemos discutirlo más ampliamente por algún otro medio más idóneo (mail, por ejemplo).

En todo caso, y para volver a centrar la discusión, el tema podría reformularse como sigue: Si puede un católico apoyar una lista que sostiene una filosofía y una praxis incompatibles con la doctrina católica. Esto requiere precisar qué dice la doctrina católica, y si es libre un católico para rechazarla, y aún así mantener su calidad de tal, o si esto implica sostener principios radicalmente contrarios.

Creo que con este post me despido de la discusión. Aprovecho de pedir perdón nuevamente si con mi primer post ofendí a alguien. No fue mi intención, y he pasado estos días pensando que quizás se me pasó un poco la mano...espero que me perdonen los que se hayan sentido ofendidos (Pelón, Crescente e Ignacio por sobre todo).

Saludos,
Joaquín

Anónimo dijo...

Estimado Joaquín Reyes:

Pido las disculpas por tratarte de preconciliar y fariseo. Me descargué contra ti porque ya estaba cansado de escuchar cómo gente cercana a la lista 1a insistía en tildar el NAU como un proyecto anti católico, cosa que no se desprende de tus palabras.
Fue producto del cansancio de la campaña y pido las disculpas.
Aparte de lo que pueda agredirlo, mantengo todo lo demás con respecto a los santos, la iglesia, y el proyecto del MG. En otra ocasión precisaré mis palabras.

Insistiendo en las disculpas,

Ignacio Saffirio P.